sábado, 18 de octubre de 2008

LIDERES A LA MEDIDA












Ahora quiero hablarles de la visión. Todo líder debe ser persona de visión; porque si no tiene visión no tiene la capacidad de dirigir a un grupo de personas, pues no sabe por donde ha de llevarlas, ni el destino al que va ese grupo de personas. Dios requiere personas de visión;
Dios hablándole a Habacuc (2:3) le habla de la visión de la siguiente manera: “pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá”. La visión es un sueño concebido en aras de lograr algo mejor para nuestro diario quehacer que requiere de dos cosas muy importantes: fe para lanzarse a conseguir esa visión, y trabajo para cristalizarla en su totalidad.
Concebir una visión parece fácil; y creo que lo es para aquella persona que se ha desarrollado en el trabajo lideral (llamémosle por así decirlo “empírico”), como lo es el trabajo pastoral, trabajo al que algunos ingresamos sin la mínima preparación en este campo por lo que vamos adelante en nuestro trabajo dando tumbos y buscando por aquí y por allá, información que nos lleve a capitalizar la experiencia adquirida. Así es que parte vital de su trabajo es concebir una visión particular apegada a la realidad de su comunidad y su idiosincrasia, ¿Qué es lo que usted quiere lograr con esa gente que ha puesto al cuidado de usted su vida espiritual? Déjeme decirle que usted para esa gente, es un Moisés, un Josué y un Nehemías, porque usted les ha ayudado a salir de la esclavitud, de ese Egipto espiritual, porque con la sabiduría que Dios le ha otorgado usted los está conduciendo a poseer la vida eterna, y porque les está ayudando a reconstruir los muros de sus vidas arruinadas por el nefasto pecado. Así es que usted para esa gente es su líder, su profeta, su vidente o su apóstol, usted no necesita de quien dice que tiene estos ministerios, ya que es usted quien ha sido dotado de estos para esa iglesia, así es que como la iglesia esta dispuesta a obedecerle, también está dispuesta a hacerle rabiar de coraje, o llorar de tristeza; pero de una cosa si debe estar bien seguro, que esa gente le hará sentir satisfecho, sonreír y hasta cierto punto orgulloso de ser su pastor, cuando usted haga una mirada retrospectiva.

Algo que debe quedar bien claro para el líder es: “Si no sabe a donde va (no tiene visión), no sabrá que camino seguir; es mas, no sabrá cuando está perdido, o incluso si ya ha llegado a su destino, todo porque no se tiene una visión clara del trabajo con objetivos específicos al que ha sido llamado. Esta es una lacónica expresión que nos mueve al realismo en la dirección. Si usted como pastor no tiene visión, con todo respeto, no tiene nada que hacer en ese pastorado pues tener visión es ver más allá del común denominador de la iglesia y establecer con letras el contenido de esa visión que usted ha obtenido de su diaria comunión con Dios y su diario planear el caminar de la iglesia.

Un líder debe dar a su grupo la oportunidad de buscar y encontrar realización y satisfacción en el trabajo que lleva a cabo, pero, primero debe marcar y establecer las metas para el individuo y el grupo, a donde se quiere llegar; por lo que deben ser claramente definidas y entendidas, para que sean del todo benéficas, y aceptadas como razonables. Si esta faceta (de ser definidas y entendidas), no se cumple, entonces debe esperar hasta que todos hayan entendido esas metas; porque si no, se estará yendo al fracaso en toda su empresa y lo mas seguro es que al final se sienta frustrado por no haber obtenido esos logros planteados en las metas.

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