Tristemente existen personas que se creen libres pero aún siguen siendo presa de ataduras como:
LA VANIDAD
No confíe el iluso en la vanidad,
porque ella será su recompensa
Job
15:31
En cierta
ocasión un joven se acerco a Jesús para preguntarle: “Maestro bueno, ¿que bien
haré para tener la vida eterna? Y de allí se desprende una interesante
conversación que puedes leer en tu Biblia (Mateo 19: 16-23). Si te fijas bien
en sus palabras vino con la vanidad de su vida por delante, diciendo a Jesús:
¿Que bien haré (que limosna tengo que dar), a quien y de que cantidad? No le
dijo que necesito hacer, que me hace falta, no, nada de esto, simplemente le
dijo que bien haré, considerando que él lo merecía todo de parte de todos, y hasta
de Dios mismo, ¿no se te hace una actitud familiar? Cuando Jesús le dijo lo que
tenía que hacer, esto es; no dar limosna, ni una parte de su dinero, tenía que
despojarse de su amor, en primer lugar a su persona que era lo que nos deja ver
amaba mas que a otra cosa, y en seguida al dinero, por esa razón le dijo: “ve,
vende todo lo que tienes repárteselo a los pobres después toma tu cruz y
sígueme”; este joven vano se dio la vuelta y así como se llegó a Jesús, de la
misma manera se fue, no permitiendo al autor de la libertad que obrara en él.
La vida si no
le das el verdadero sentido, esta llena de vanidad, el predicador comienza su
libro del Eclesiastés diciendo: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad” esa es
la voz de un hombre que se alejo de Dios, un hombre al cual había sido dada la
sabiduría mas grande, el reino mas grande y estable de Israel, privilegios que
echo a la basura por su cabeza dura.
En cierta ocasión una actriz muy famosa por
su hermosura y la vanidad de su vivir, además por la cantidad de películas que
había protagonizado; en una entrega del premio Nóbel se acerco a uno de los
científicos ganador para decirle: Doctor, se imagina si usted y yo nos
casáramos ¿Que hijos tendríamos? Con mi belleza y su inteligencia, serían una
maravilla, hermosos, e inteligentes, a lo que el científico le respondió yo
creo que sería un gran error señorita; porque ¿se puede imaginar a esos hijos
con mi belleza y su inteligencia? Que desastre de hijos. Mucha gente confía en
su belleza. Cuando ves los certámenes de belleza, se queda uno admirado de todo
el despliegue de suntuosidad, cuando miras los grandes eventos de entrega de
premios a artistas de la farándula puedes percibir cuanta vanidad se manifiesta
en esos lugares; vestidos muy costosos, mascaras de maquillaje, costosas
operaciones estéticas para poner y quitar a los cuerpos lo que les sobra o les
hace falta, cuantas revistas esparciendo chismes de lo que hizo tal o cual
artista, los programas de televisión ensalzando a tal o cual personaje, unas
televisoras acusándolos mientras otras les defienden a pesar de cometer
delitos.
La vanidad de la vida ata a las personas,
eliminando de ellas la libertad, pues en la vanidad no hay nada, todo lo que
esta vida ofrece es vano, no tiene nada de bueno para ti, lo único que de
verdad vale es que tú tengas a Jesús en tu vida, esa es la única decisión que
validará tu vida. Mira lo que Dios le dice a su pueblo y con ello también te lo
dice a ti:
Serán vueltos atrás, y en extremo
confundidos, los que
confían en los ídolos, y dicen a las
imágenes de fundición:
Vosotros sois nuestros dioses.
Isaías 42:17
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