martes, 20 de abril de 2010

























Mi deseo primordial no es asunto desconocido; pues este está centrado en el crecimiento numérico de la iglesia, antecedido de un crecimiento en el conocimiento de lo que es el Evangelio y lo que este significa, y de un crecimiento en el nivel espiritual; este deseo, que me ha llevado a que en mi desesperada búsqueda de modelos y proyectos de crecimiento, me encuentre en las dos premisas que ya te he expuesto; pero, meditándolo espiritualmente, me encuentro en la Palabra que debo luchar porque cada creyente madure, sea sano, y se apasione por la comisión que nos dejó muy clara nuestro Señor Jesús (Marcos 16:15,16). Dios nos ayude, ilumine, y nos de de su gracia para con la gente que no conoce el Evangelio, aunque para esto, no basta con tener un crecimiento intelectual, que es mera información de lo espiritual, entonces debemos pugnar por la experiencia espiritual.


Antes de entrar en detalles, quiero que juntos nos hagamos unas preguntas, y discutiendo les demos respuestas claras para que no perdamos de vista lo que Dios quiere de cada uno de nosotros, y que por una u otra razón no hacemos; pero, estoy seguro que deseamos hacerlo:

¿Para que existe la iglesia?

¿Cómo debemos ser como iglesia?

¿Qué debemos hacer como iglesia?

¿Cómo debemos hacerlo?


Esperando obviamente que me mandes algunas respuestas para que juntos luchemos por la maduración de nuestra iglesia local, ahora bien, si no quieres enviarme tu comentario, comparte con algunos de los miembros de tu iglesia estas mismas preguntas para que comiences a tener una idea de la maduréz que existe entre los santos de la iglesia local

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