jueves, 15 de abril de 2010

LA MADUREZ CRISTIANA
















Voy a partir de ahora; poner a la consideración de mis lectores, algunos aspectos de lo que es la madurez espiritual, y deseo que al leerlo, me ayuden con sus comentarios para que así, también mi conocimiento se aumente, y salgamos beneficiados; porque creo que uno de los grandes problemas que pasa la iglesia hoy día es la inmadurez espiritual que comienza desde los mismos pastores, quienes al estar al frente de la congregación no perciben este pequeño gran problema (lo digo por mi, eh), pues al estar en el fragor del trabajo, no nos damos cuenta ni dejamos que alguien nos diga que somos inmaduros.

Una de las grandes problemáticas en este tiempo para ser una iglesia saludable y de calidad es la falta de visión, pasión, madurez y santidad; de la que padecemos algunos pastores y líderes (bueno, de nueva cuenta, hablo de mi, y tal vez de usted como líder de la iglesia), no quiero detractar o ejercer apología hacia programa alguno, solo quiero enfocarme en el avance que Dios quiere de su iglesia en este tiempo por medio de cada uno de sus santos dispuestos al trabajo.

Por un lado Satanás cada día gana terreno destilando pecado por todos lados y en todas las sociedades, además, podemos ver que dos mil años de trabajo arduo, ahora le están redituando resultados, pues además de que ha enfocado sus encarnizados, cobardes, y crueles ataques en contra del reino de los cielos (Mat. 11:12), se ha creído en toda la extensión de la palabra el título de “príncipe de este siglo”, ofreciéndolo a los santos de Dios para que paren en su labor.

Ahora bien; los santos que componen el reino de los cielos en esta tierra se la pasan en contiendas y divisiones, viven su vida fijándose en los errores de los otros santos, viven esperando ser amados, viven esperando encontrar personas en quien descargar sus enojos y frustraciones, anidadas por largo tiempo en sus corazones. Otros se la viven deambulando de iglesia en iglesia en búsqueda de la perfección según su egoísta manera de pensar, gente contumaz, rebelde y grosera que lo único que hacen en las iglesia a donde llegan es causar problemas, estorbo, desaliento y heridas, profundas heridas muy difícil de ser sanadas. Cuando aceptamos a Jesús como nuestro salvador, no nos aparto de este mundo sucio y degradado, y no lo hizo por una de dos razones: 1) pecar, o 2) anunciar el reino de los cielos, hablar de Cristo a otros, la vía que cada uno de nosotros tomemos es nuestra responsabilidad; pero, si estamos verdaderamente cerca de Jesús, sin lugar a dudas iremos por la segunda.

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