Que tremendo es saber y ver que los santos que componen el reino de los cielos en esta tierra se la pasan en contiendas y divisiones, viven su vida fijándose en los errores de los otros santos, viven esperando ser amados, viven esperando encontrar personas en quien descargar sus enojos y frustraciones anidadas por largo tiempo en sus corazones. Otros se la viven deambulando de iglesia en iglesia en búsqueda de la perfección según su egoísta manera de pensar, gente contumaz, rebelde y grosera que lo único que hacen en las iglesia a donde llegan es causar problemas, estorbo, desaliento y heridas, profundas heridas muy difícil de ser sanadas. Cuando aceptamos a Jesús como nuestro salvador, no nos aparto de este mundo sucio y degradado, y no lo hizo por una de dos razones: 1) pecar, o 2) anunciar el reino de los cielos, hablar de Cristo a otros, la vía que cada uno de nosotros tomemos es nuestra responsabilidad; pero, si estamos verdaderamente cerca de Jesús, sin lugar a dudas iremos por la segunda.
Otros mas, viven esperando la ocasión de sacar provecho de los santos sin importar si este, esta o no en necesidad, lo que realmente les importa es sacar provecho y lo hacen con una facilidad tremenda por el descuido de los pastores, que como yo, están al cuidado del rebaño de Dios. Todo esto sucede mientras el avance del reino de los cielos se ha descuidado, y detenido que es lo mas lamentable; el poder es desaprovechado miserablemente.
Mi deseo primordial no es asunto desconocido; pues este esta centrado en el crecimiento numérico de la iglesia, antecedido de un crecimiento en el conocimiento de lo que es el Evangelio y lo que este significa, y de un crecimiento en el nivel espiritual; este deseo, que me ha llevado a que en mi desesperada búsqueda de modelos y proyectos de crecimiento, me encuentre con las dos premisas que le he expuesto; pero, meditándolo espiritualmente, me encuentro en la Palabra que debo luchar por que cada creyente madure, sea sano y se apasione por la comisión que nos dejo clara nuestro Señor Jesús. Dios nos ayude, ilumine, y nos de su gracia para con la gente que no conoce el Evangelio, aunque para esto, no basta con tener un conocimiento intelectual, que es mera información de lo espiritual, entonces debemos pugnar por la experiencia espiritual.
Antes de entrar en detalles, quiero que juntos nos hagamos unas preguntas, y discutiendo les demos respuestas claras para que o perdamos de vista lo que Dios quiere de cada uno de nosotros, y que por una u otra razón no hacemos; pero, estoy seguro que deseamos hacerlo:
¿Qué es la iglesia?
¿Quién compone la iglesia?
¿Para que existe la iglesia?
¿Cómo debemos ser como iglesia? Partiendo de reconocer como somos ahora y no como queremos ser
¿Qué debemos hacer como iglesia? Que es lo que Jesús quiere que hagamos en nuestra comunidad
¿Cómo debemos hacerlo?