“No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra
en peso ni en otra medida. Balanzas justas, pesas
justas y medidas justas tendréis. Yo Jehová vuestro
Dios, que os saqué de la tierra de Egipto”
Levítico 19: 35, 36
La honestidad ocupa un lugar importante en la vida de todas las personas; pero desgraciadamente no muchos la conocen, y si la conocen no la toman como un valor de su vida. Oímos de ella desde pequeños; pero se hace caso omiso de ella; por la banalidad de la obtención de los bienes que nos hagan “sentir bien”. ¿Qué es la honestidad? Honestidad es simple y llanamente no mentir, no engañar, no robar, tener recato en las acciones, palabras y tratos con Dios y nuestros semejantes.
Dios es un Dios honesto que todo lo que promete lo cumple sea bendición o castigo, desgraciadamente nosotros no hemos aprendido completamente que es la honestidad y esto está produciendo en nosotros agudos problemas espirituales.
Se cuanta que en cierto reino un rey convoco a varios de los mejores jóvenes para escoger esposo para su hija la princesa, y para tal motivo, le dio a cada joven una semilla para que la plantara y después de seis meses aquellos jóvenes tenían que presentarse con el producto de aquellas semillas. Estos presto fueron y cumplieron el mandato del rey, y todos hablaban de las hermosas flores que tenían en la maceta donde habían sembrado la semilla; pero uno de los jóvenes se sentía desconsolado pues su semilla no germinaba y no estaba dando una flor como la de los otros jóvenes y por tal motivo, recibía cierta burla. Por fin se llegó el día en que tenían que presentarse ante el rey para mostrarle el producto de aquellas semillas. El joven que no había obtenido nada, no quería presentarse delante del rey, a lo que su madre le insistió a que se presentara. Aquel joven obedeció y se presentó con su maceta sin flor, todos desfilaron frente al rey con sus hermosas macetas y entre ellos aquel joven que se excusó ante el rey diciéndole que había sembrado la semilla; pero que desgraciadamente no había obtenido nada, los otros jóvenes se rieron de él. Entonces el rey les declaro que aquel joven era el próximo soberano de su reino pues era el joven que su hija merecía, todos se quedaron estupefactos por la declaración del rey pues agrego, a todos ustedes les di una semilla infértil y todos buscaron complacerme sembrando algo que no les di, y este joven sembró lo que le di y con honestidad se presentó con su maceta vacía, y esto es lo que la gente de mi reino necesita y merece.
Cuando Dios le dio toda autoridad y gobierno a Adán, satanás se allegó a Eva y deshonestamente le dijo que Dios había mentido cuando le dijo a Adán que si comían del árbol del bien y del mal iban a morir, satanás le dijo que no era cierto, sino que el día que de el comieran serían como Dios conociendo el bien y el mal. Satanás hizo uso de una mentira a medias, o una verdad a medias, o una mentirita, o una mentira blanca a ver si pegaba lo que satanás buscaba y lo logró; desde entonces el hombre es deshonesto por naturaleza y desde pequeños, y sin que nadie nos enseñe, aprendemos a decir “mentiras blancas”. Esto lo podemos ver en Génesis 3.
Jacob era un hombre muy astuto y llevaba bien puesto su nombre que significa usurpador, y habiéndose aprovechado del carácter explosivo de su hermano le saca la primogenitura, y sale huyendo a refugiarse con su tío que al final de cuentas vino a ser su suegro hombre muy tramposo que abusa de la situación de Jacob quien se hallaba muy lejos de su familia:
¿Cuántos años estuvo trabajando gratuitamente con Labán?___
¿Cuantos años por las hijas y cuanto por el ganado?__________
¿Cuántas veces le había cambiado el salario?_________________
¿Que hubiera pasado si Dios no hubiera estado con Jacob? ___
Génesis 31: 41,42
Dios le reconviene a su pueblo acerca de la honestidad en los tratos cuando le dice en Deuteronomio 25:15 y Prov. 11:1 que debe haber pesa justa. Muchos cristianos gustan al igual que Labán de aprovecharse de los demás en sus capacidades; de explotarles en su trabajo, de no pagarles lo justo por su quehacer, eso es no tener recato en nuestros tratos.
LA HONESTIDAD EN LA FAMILIA:
Uno de los grandes problemas que enfrentamos en nuestro país es la deshonestidad, un vicio que en nuestra ciudad de México se ha convertido en una “triste virtud” cuando convertimos mentiras en verdades, en intrigas en hechos verdaderos, los hijos son deshonestos por que los padres son deshonestos en el trabajo, en el matrimonio, en sus tratos, en sus compras y en si en todo su entorno, pudiendo palpar las nefastas consecuencias.
Las ordenanzas de Dios acerca de ser honestos, deben en primer lugar estar en nosotros bien cimentadas Deuteronomio 6: 6-9
Ø Estarán en mi corazón
Ø Las repetiré a mis hijos
Ø Hablaré de ellas en casa, cuando camine y juegue con ellos, al acostarme y al levantarme
Ø Debo tener la Palabra de Dios a la mano siempre
Ø Deben estar en mi mente y mi boca.
Ø Debo enseñárselas con mis actos
Debo hacer un diario análisis de mi honestidad para con mi familia, si les digo que voy a un lado, allí debo ir, que si les digo que algo sucedió como yo lo cuento, así debe ser, debo ser un vivo ejemplo para mis hijos, para que mis hijos no me avergüencen con sus comportamientos deshonestos a los que yo con mi comportamiento puedo alentar. Y cuando haga esto sabré que mi familia se mueve en la honestidad, y al ser honesto con mi familia personal, seré honesto con mi familia espiritual que es la Iglesia pues aquí se cumple o se pone de manifiesto este otro concepto de la honestidad que es el valor que se manifiesta en buscar, aceptar y decir la verdad respetando los derechos y bienes de las personas. Es honesto el que no miente, no roba ni engaña.
HONESTIDAD EN LOS TRATOS
“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley”
Romanos 13:8
Se dice que a Abraham Lincoln se le conoció como “Abe el honesto” este hombre se distinguió por su franqueza y honestidad, y en los Estados Unidos se narran muchas anécdotas de su vida para hablar de la honestidad.
Carlos Kasuga Osaka narra como es que selecciono a su gente. Dice: “compraba yo el periodico que venden los muchachos en la tarde, les daba yo cien pesos y me tenían que regresar 99.20 muchos no me lo regresaron, pero los que me lo regresaron son los que actualmente tienen un porvenir son ellos los actuales ejecutivos y directores, por eso yo tengo tanta fe en este país porque la gente con la que trabajo, sabe trabajar con honestidad y en equipo.
Dios dio órdenes bien específicas en relación a los tratos financieros, comerciales, de arrendamiento y de trabajo. Vamos a parafrasear el capítulo 11 de Proverbios
1: “El peso falso es abominación a Jehová; mas la pesa cabal le agrada”.10: “En el bien de los justos la ciudad se alegra; Mas cuando los impíos