"Y juntando a sus doce discípulos, les dio virtud y potestad sobre todos los demonios, y que sanasen enfermedades. Y los envió a que predicasen el Reino de Dios, y que sanasen a los enfermos. Y les dice: No toméis nada para el camino, ni báculo, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni tengáis dos vestidos. Y en cualquier casa en que entréis, quedad allí, y de allí salid. Y todos los que no os recibieren, saliéndoos de aquella ciudad, aun el polvo sacudid de vuestros pies en testimonio contra ellos.
Y saliendo, rodeaban por todas las aldeas, anunciando el Evangelio, y sanando por todas partes.
Lucas 9: 1-6
Mi país Mexico, es un hermoso país con muchos talentos como con muchos defectos, uno de ellos es la corrupción, producto de nuestra manera de ser, todo esto ha traido como consecuencia un auge de violencia crimen y terror, de tal manera que hasta los que no son Mexicanos estan orando por nuestro País, eso me gusta y alienta; pero como que existe algo que no encaja; pues hace aproximadamente unos noventa años, llego el Evangelio Pentecostés a México cargado con dos cosas una buena, muy buena, excelente diria yo, y una mala, muy mala la primera es que llegó con el poder del Espíritu Santo, para realizar milagros maravillosos de Dios entre la gente, de tal manera que en poco tiempo este Evangelio se esparció prácticamente por todo el país, donde los milagros abundaban; pero desgraciadamente llegó con un lastre pegado, los prejuicios de santidad que en su mayoría eran aplicados a las mujeres; esto llevó por consecuencia a esta iglesia a caer en un patetico adormecimiento, aunando a este lastre un paganismo disfrazado de santo, una política santa, surgieron hombres y mujeres quienes en un principio vieron en los santos una buena fuente de explotación inciando una religión abundante en promesas de abundancia económica, bienestar social, política religiosa, vendimia de promesas de muchas cosas si colaboras económicamente con ciertos ministerios.
Todo esto nos árrastro a un divisionismo trepidante, cada quien fundo su iglesia en sus personales interpretaciones de la Palabra, se perdio la mente espiritual, la enfermedad creció a tal grado que los hospitales son insuficientes, la riqueza para unos cuatos sobreabundó, mientras que millones cayeron en una pobreza extrema, mientras la iglesia, ese grupo de santos dotados de poder se adormeció, se extravio, no sabe ya a donde ir, a quien seguir, sus ojos estan puestos en los hombres. Hoy me atrevo a decirles que Jesus vive, pero no solo como una emocionada expresión que vale menos que otras de encumbrados hombres de la religión evangelica. Jesús vive y quiere que lo experimentes, que vivas conforme a sus preceptos, que reclames el poder que te ha dado, no que se lo reclames a El, porque el ya te lo dió, que te lo reclames a ti mismo, mi madre solia decir uno de sus tantos y sabios dichos: "A Dios rogando y con el mazo dando" que ahora tomo como un consejo muy "ad doc" rogemos por México; pero, hagamos algo por México, sanemos a los enfermos, echemos fuera demonios, erradiquemos la violencia, fomentemos la unidad espiritual. ¡TENEMOS EL PODER DEL ESPIRITU SANTO!
