Una vez mas, después de algunas semanas de ausencia me siento a escribir las vivencias que uno va adquiriendo con el paso de los años. Hemos hecho un viaje mi esposa Alicia y yo por algunas ciudades y pueblos con la idea de compartir la palabra de Dios, conocer y reconocer a los amigos, que algunos a pesar del paso de los años se siguen portando como eso: amigos, dándole lustre a la actitud de ser amigos como el caso de los hijos de mi gran amigo que ya esta con el Señor de los pastores mi hermano Adolfo de la Garza, me da tanto gusto poder continuar la amistad con sus hijos quienes como decía a pesar de no vernos por varios años me recibieron como si nos hubiéramos visto por todo este tiempo gracias hermano Adolfo "Fito" de la Garza y Sergio Pablo por ese cariño que los hace ser diferentes, del otro lado de la moneda, no tiene caso hablar pues todos merecen de mi parte el honor que les debo por ser siervos de Dios, lo verdaderamente importante es gozar de la vida, que cada que pasan los años se va acortando, esa vida que es tan leve y tan fragil que si no aprendes a disfrutarla se te va amargando hasta que te hacen engrosar el indice de las personas que mueren abandonadas por esa amargura que produce el orgullo. Dios nos ha dado la oportunidad de pasar por esta vida, de mirar su belleza, de disfrutar toda su creación y hay que hacerlo sin demora; claro que en ese afan de disfrutar la vida cometes errores; pero, es parte del gozo reconocer tus faltas, pedir perdón y seguir en ese disfrute. A veces llegan las enfermedades por las que lloramos, sufrimos, y nos entristecemos por los que las padecen; pero, a la vez levantamos nuestra voz en ruego por la sanidad de nuestros enfermos pues sabemos que tenemos un Dios sanador que dijo: Yo soy Jehová tu sanador" así es que confiamos que ese Dios sanador ha de hacer una obra maravillosa sobre la enfermedad. Amigos hoy les doy el consejo de disfrutar la vida en toda la extensión de la palabra; pero para disfrutar esta vida necesario es tener a Jesús en el corazón, porque cuando experimentamos la presencia de Jesús verdaderamente en el corazón, disfrutamos la vida
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