Ahh la familia. Quien no aprecia la familia, no tiene familia, y quien no tiene familia es un apatrida, y quien es un apatrida se convierte en un mercenario. De mercenarios esta lleno el mundo en este tiempo es por eso que cada miembro de la familia aprecie a su familia; si es el esposo aprecie a la esposa no solo de palabra sino de hecho, ayudándole en los quehaceres del hogar, si es esposa, aprecie el trabajo del esposo y trate de involucrarlo en la familia no solo para repartir regaños y golpes, que los hijos lo vean como el que sustenta a la familia, si es hijo, aprecie a la familia, respetando a los padres y a los hermanos, sometiendose a la disciplina que estos imponen, eso es repetar a los padres. En la familia tiene que darse a conocer la comunicación, cuando la comunicación se aprende, se practica en todos los momentos, la comunicación fomenta la unidad y el aprecio a la familia.
Gracias a Dios por mi familia, tanto la material como lo es mi esposa y mis hijos, como la espiritual que es la iglesia, me voy a oír un tanto snob al decir esto pero esí debe de ser en todo tiempo: ¡VIVA LA FAMILIA!
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