Ya llegó la Navidad, fecha muy memorable para toda la humanidad. En estas fechas se encienden las luces que se colocan en los arboles, se adornan las casas con motivos navideños, se abarrotan las tiendas en busca del mejor regalo para nuestros seres queridos, debajo del árbol de Navidad brillan los paquetes con los presentes, las familias se reunen para cenar, para convivir porque según dicen este día nació Jesús por lo que hay que celebrar ese día con mucho pavo, bacalao, sidra, algunos bebidas enbriagantes. Pero Jesús no nació para que le celebraramos su cumpleaños, Jesús vino a nacer para salvar a la humanidad de la condenación eterna, vino para establecer el reino de los cielos en la tierra que es la Iglesia.
Si te has arreglado para celebrar la navidad, te felicito porque eres una persona feliz, no eres como esos amargados que truenan en contra de la Navidad porque esto les da un aire de santidad que ni ellos mismos se la creen; pero, si sería bueno que en ese día que te sientes a cenar y a disfrutar de la compañía de tus familiares, hagas un recuento de tu vida, como has vivido los trecientos cincuena y nueve días que has vivido de este año, sería bueno que reflexionaras acerca de las personas que en ese momento cuando tu estas a la mesa no tienen que llevarse a la boca, que duermen a la interperie, que viven en lugares remotos, donde ni siquiera hay luz, es menester que pienses en ellos y ores por ellos, y si puedes ayudarles, puedes contactarnos pues nosotros vamos a los niños que no tienen que comer estos días de tanta felicidad
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